Las prendas de lencería modelan el cuerpo de la mujer de forma diferente a como es al natural, de igual forma que el resto de prendas de vestir, pero esto en mayor medida opera para la ropa interior lencera. El fin es realzar las formas femeninas de forma más incitante, tapando las partes más intimas o lo menos posible, cubriendo los senos y dejando más de la mitad a la vista. El sujetador puede mostrar los senos como haría una fuente para la fruta, incitando al observador. La braga de lencería resalta las caderas, o deja los glúteos a la vista. A veces se juega con las transparencias. La excitación proviene de ver a una mujer con una prenda que en puridad es íntima y debería estar tapada por la ropa, que la realza y la viste para provocar. El reto es ir retirando las prendas, o descubrir partes de la mujer durante la relación, o incluso mantener la relación sexual con las prendas puestas, produciendo una sensación de clandestinidad.
Una prenda de lencería, en especial la braga o tanga, puede ser un objeto de culto para muchos hombres, y usado directamente para estimularse o masturbarse. No olvidemos tampoco los ligueros.
La ropa interior puede sugerir numerosas connotaciones en función de su color, textura, transparencia, etc.