UXUE BENGOA

Noche de swingering

He acudido ya varias veces a este club swinger después de entrar en contacto muy recientemente con esta experiencia...

He acudido ya varias veces a este club swinger después de entrar en contacto muy recientemente con esta experiencia. En las últimas ocasiones he ido sola, pero ya estoy acostumbrada a moverme así, y el resultado es el mismo: las posibilidades se multiplican de dar con alguien interesante, de refiero en general y a todos los niveles, y en un club swinger donde las cosas están bastante claras, más. 

He hecho dos contactos con hombres jóvenes en las semanas anteriores, les he pasado el algodón a ver de qué van, he hablado con ellos y sondeado las aguas y demás. Están muy bien, agradables y seguros, aunque yo no soy de dejar de tomar precauciones en ningún caso en que lo vea necesario. 

Vencidos mis prejuicios iniciales me embarco plenamente en la experiencia. 

Tengo un acompañante que conoce el terreno: Carlos, le conozco de hace años, de la facultad. Ahora separado. Nunca he tenido más que eso con él, amistad. Por cierto, dejé de verlo al poco de casarse, a su mujer no le pareció adecuado que tuviera una amiga, ahora vuelvo a verlo. Qué cosas.  Él me sirvió de cicerone porque ya conocía este mundillo: descubrir esta faceta suya ha resultado muy estimulante. Me resulta extraño verle desnudo por primera vez en mi vida. Veo que se cuida. 

Yo encuentro a uno de los chicos con los que he quedado. Me puede gustar alguna mujer, pero hoy me resta, lo quiero todo para mí, uno o dos, pero solo para mí. Carlos se pierde un rato en la marabunta de una cama ya repleta de gente. 

Me voy con mi compañía a tomar algo, paseando ya en ropa interior. Hablamos un rato mientras bebemos y vamos a lo nuestro, es atractivo y lleno de colágeno, en la treintena. Previsiblemente dentro de un rato aparecerá otro chico que espero. 

Quiero ir a ver cómo va la cosa con Carlos, así que le propongo a mi compañero que se venga conmigo. Ya le vi la primera vez pasearse desnudo por el local, seguro de sí mismo. Me gustó verle en esta faceta íntima suya de vivir su sexualidad tan libremente. Me despierta curiosidad verle otra vez. 

En la sala a media luz donde está se deja rodear por un grupo femenino. Me apetece mirar, así que nos apostamos con nuestra bebida a disfrutar del espectáculo. Parece que hoy ha dado con lo que buscaba: está besando a una de las chicas, a ratos besa a la otra, hay un chico en medio que también comparte con él, parece, pero no estoy segura. Recibe caricias y tocamientos, toca los pechos de una de ellas. Mi acompañante y yo estamos motivados y nos embarcamos en un largo beso y en preliminares, pero ambos seguimos mirando de reojo cómo van los otros. Mirar me está produciendo una tremenda excitación, me gusta cómo se mueve él, exhibe una sensualidad que no es común en los hombres. De pronto el grupito deja la cama colectiva y se acerca a un hueco donde hay un colchón en una especia de hueco en la pared, específicamente preparado para lo que van a hacer. Están incluso más cerca de nosotros, a nuestra derecha, con lo cual disfrutamos de mejor vista. Una de las chicas se coloca boca arriba en el colchón, y Carlos se sitúa entre sus piernas, se coloca el condón y la penetra despacio. Verle por detrás me está dando un subidón tremendo, mi compañero se da cuenta y nosotros subimos también el nivel. Carlos se mueve dentro de la chica mientras besa a otras dos y a ratos toca los pechos de una de ellas, la mejor dotada, o de la chica que está follando. 

Creo que yo ya no puedo más y decido coger a mi compañero y sentarme a horcajadas sobre él en un sillón. Sigo mirando la escena mientras empiezo a disfrutar de mi compañero que parece haber entendido que quiero alargar la cosa para hacerla más intensa,  mientras llega el otro hombre que esperaba. Ellos dos son lo que tengo planeado para iniciarme hoy, así que empiezo a compartirme con él también. Me pongo al día con las caricias con el primero, me beso con uno y con el otro, a ratos. Creo que es el momento de pedirle a uno de ellos, sobre el que estoy sentada que se ponga el condón, así lo hace. Me coge por las piernas, se incorpora y me lleva uno de los colchones situado justo enfrente, eso me ha gustado. Se coloca encima de mí y le abrazo con las piernas por la espalda… Agarro su trasero presionándole hacía mí. Me excita la idea de estar haciéndolo en público.  Algunas parejas nos contemplan, alguno aprovecha para masturbarse, yo me pongo incluso más al verlo. El otro chico que está con nosotros se tiende a nuestro lado, mientras me acaricia un pecho y se toca con la otra mano. Mi compañero se mueve bien encima de mí, quiere complacer y disfruta mirándome. 

Ahora me doy la vuelta y voy a por el otro… Estoy descansando, fuera de aliento, pero él empieza poco a poco con lo suyo, y yo me dejo, voy otra vez de subida…

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