Los labios son una parte especialmente sugerente tanto en hombres como en mujeres. Su forma y textura identifica de forma muy personal cada rostro. Unos labios carnosos y bien definidos sugieren sensualidad. Una mujer con los labios entreabiertos es sugerente en sí misma (pensemos en mil imágenes repetidas de publicidad), sugiere disponibilidad sexual, además de dejar entrever quizás el interior de la boca y su humedad. El pintalabios, al igual que la lencería, supone una modificación de lo natural, un artificio que pretende llamar la atención sobre ese parte del cuerpo con intención estética y sensual. El color del pintalabios está lleno de matices: un rojo intenso es provocador, indecente, clandestino, desvergonzado; cereza es más juvenil, etc.