Al igual que ocurre con la lencería, una mujer subida en unos tacones, a veces stilettos, es una criatura alejada de la figura natural, es ni más ni menos que un animal fantástico. La pierna queda realzada, la altura del tacón sugiera una exagerada voluntad de resultar atractiva, de llamar la atención.
El hecho de tener en la mano un zapato de tacón de mujer o de una determinada mujer puede desatar la imaginación sexual sin su presencia.