Supongo que tengo que definirme, porque hablaré principalmente desde mi punto de vista, que es abierto. Puedo interactuar con todo el mundo, pero no puedo ver bien claro desde otras vivencias que no sean la propias o parecidas a las mías. Tendré que aprender de los que no son como yo.
Creo que hoy en día me puedo ubicar como heterosexual y demisexual. La demisexualidad es un rasgo que supone no sentir, o en poca medida, atracción sexual primaria. Inicialmente, solo físicamente, la visión de un hombre muy atractivo para mí solo es una foto. Da igual que sea un monumento según cualquier catálogo de belleza, sin resultado. Para que se desencadene la atracción sexual necesito tener como mínimo información secundaria sobre rasgos de personalidad, experiencias, biografía, e incluso que haya ya cierta cercanía, familiaridad, amistad o conexión emocional. Que se den algunos de los segundos factores o todos no quiere decir que se vaya a desencadenar lo primero, pero sin lo segundo nunca se desencadenará lo primero. Una vez que se produce la atracción sexual, independientemente de los rasgos físicos del bicho concreto, estos me resultarán tremendamente estimulantes. Por lo tanto, no hay un tipo físico claramente predeterminado para mí.
Pero… puedo sentir cierta excitación sexual primaria por una mujer, independientemente de saber nada de ella y sin ninguna conexión emocional.
Esto encaja con el estudio de Gerulf Rieger de la Universidad de Essex, que distingue entre estímulo y orientación sexuales. El estudio defiende que la mayoría de las mujeres operamos como bisexuales, otra cosa es que por factores culturales esto no se viva así.
Nunca una mujer ha sido objeto “romántico” (odio esta palabra, me suena a lazos, muérdago y velas…) o sentimental para mí.
He establecido relaciones de amistad con hombres que no llevaron a una implicación emocional más fácilmente que con las mujeres.
Un fuerte interés en un hombre a raíz de conocer sus rasgos de personalidad y/o conexión emocional con un perfil atractivo para mí, puede llevarme a veces a una intensa atracción sexual.
Defiendo experimentar, sobre todo en la etapa más joven, me parece más que correcto y nada despreciable el sexo casual si no se tiene pareja (o es compatible con el acuerdo que se tenga); si esto se hace con cierta frecuencia se podría catalogar como promiscuidad, lo que en sí implica a veces un juicio de valor despectivo, o no. Se debe cuidar la seguridad si no se trata de una relación estable.
La opción de la promiscuidad resulta bastante alejada de mis gustos por lo explicado anteriormente. Pero no me siento identificada con la idea de no embarcarme en sexo casual, es una decisión que se toma en un momento dado, pero no algo que sea atrayente de entrada para mí.
En ocasiones he leído que los demisexuales tienen un bajo nivel de libido. No me siento reflejada con un bajo nivel de libido: una cosa es el nivel de libido y otra que haya deseo sexual hacia una persona en concreto, son cosas diferentes. Una cosa es la estimulación fisiológica y otra la atracción sexual.
No soy insensible a la apariencia física, al contrario, aprecio mucho una buena apariencia física y me gusta y bastante la estética, una buena forma física, y la moda (pero no pierdo la cabeza por un tipo que lleve zapatos de marca). Es interesante para mí que una persona se presente de forma atractiva, o que pueda además ser atractiva físicamente; pero este factor no es el que desencadena por sí solo en ningún caso la atracción sexual, necesito bastante más información para que esto pueda pasar.
Puede resultar complicado encajar todo esto, pero somos más complejos de lo que nosotros mismos nos imaginamos.
Creo que todo lo dicho me define bastante bien para empezar
La verdad que me gusta ponerme una etiqueta, siempre que me permita sacar los pies fuera del tiesto, porque al final cada cual es cada cual. Según Rieger yo sería una mujer bisexual con orientación hetero (bisexual leaning straight), es decir, como la mayoría de nosotras.