UXUE BENGOA

¿QUÉ ES EL FETICHISMO?

El diccionario le da dos acepciones: en religión, sería un ídolo u objeto de culto; para el ocultismo es un objeto al que se le atribuye el poder de traer suerte o producir satisfacción. (Larousse de la lengua española). La RAE lo resume en “Ídolo u objeto de culto al que se atribuyen poderes sobrenaturales, especialmente entre los pueblos primitivos”, pero no le da sentido sexual. Pacatería, supongo.  Vaya, el Larousse enciclopédico sí le da también el significado de “objeto que despierta en el sujeto impulsos eróticos”.

En cualquier caso, sí vemos que en el plano erótico, un fetiche es un objeto que produce un efecto “mágico” en un sujeto estimulando su erotismo, y que en ocasiones puede ser el objeto erotizante exclusivo, como veremos ahora.

No pretendo ser académica a la hora de tratar los temas, me dedico a investigar, a leer, a analizar y recopilar información que valga para una generalidad de personas interesadas en estos temas, aportando mi opinión si puedo tenerla. No pretendo ser exacta en todo, las clasificaciones son variables y acepto comentarios y sugerencias. No quiero ser un ratón de biblioteca ni aburrir, muy al contrario, quiero entretener, divertir, interesar, motivar. Creo que lo perfecto es contrario a lo bueno. De hecho, lo perfecto no es tan perfecto ni es siquiera bueno. Yo me entiendo.

Volvamos a nuestros fetiches.

El fetiche gravita por encima del erotismo en todo momento. El erotismo sería lo sugerente, lo velado que estimula la mente y sugiere en vez de exponer de plano la sexualidad como algo orgánico y mecánico. Esto supone que el erotismo es simplemente humano, porque los animales solo son sexuales. Nos vestimos para ser más sugerentes, para que crean que somos lo que queremos ser o somos, para parecer atractivos, más curvilíneos, más estilizados. De igual forma los objetos puede tener esas propiedades “mágicas” que erotizan e incluso que constituyen el objeto sexual por excelencia, por qué no. En el caso de una parte del cuerpo humano, el que produzca un efecto erotizante puede resultar más evidente.

Si se googlea es fácil encontrar referencias médicas al fetichismo dentro del catálogos de trastornos mentales / parafilias y trastornos parafílicos (ver msdmanuals.com). Reproduzco textualmente:

“El fetichismo es una forma de parafilia.

Las personas que tienen fetiches se pueden estimular y satisfacer sexualmente de varias maneras, como las siguientes:

Usando la ropa interior de otra persona

Vistiéndose con ropa de látex o de cuero

Agarrando, frotando u oliendo objetos, como unos zapatos de tacón alto

La parafilia se considera travestismo cuando la excitación sexual ocurre principalmente gracias a vestir ropa del sexo opuesto (es decir, travestismo) en lugar de llevar la ropa que corresponde al sexo.

Puede que sin el fetiche no sean capaces de tener una adecuada funcionalidad sexual. El fetiche puede reemplazar la actividad habitual con la pareja sexual, o bien puede ser integrado en la actividad sexual si la pareja sexual lo acepta. La necesidad del fetiche puede llegar a ser tan intensa y compulsiva que absorbe la vida de la persona y la destruye. Pero en la mayoría de las personas que tienen un fetiche, su comportamiento no cumple los criterios para un trastorno porque no les causa una angustia significativa, no afecta a su funcionamiento diario ni perjudica a otras personas.”

La clave está en las tres últimas líneas. Cuando el fetichismo causa angustia importante o afecta al funcionamiento diario de la persona, o perjudica a otras personas, entonces sí se consideraría trastorno y precisaría por tanto tratamiento. Sería el caso de una persona que no pueda dejar utilizar un zapato de mujer como objeto que le estimula sexualmente, usándolo de forma compulsiva y alterando así su vida normal. Sin embargo, si no se da esa exagerada y angustiosa dependencia del objeto, y el individuo lo utiliza de forma que no altere su vida normal, aunque este sea su único objeto erótico (es decir, que ni siquiera una mujer concreta o cualquier mujer puede producir en él deseo), entiendo, que no hay trastorno. Pero en el pasado, si no me equivoco, se ha considerado esto enfermizo.

Para mi esto sería el equivalente a decir que una persona que no sea sociable y experimente felicidad estando sola o desarrollando cualquier actividad individual, reduciendo al mínimo su interacción social, está enferma. No lo creo, siempre que pueda relacionarse con los demás de forma razonable, lo suficiente para llevar la vida que quiere. O al contrario, que alguien que solo es feliz en compañía de otros, pero también puede estar solo en ocasiones, está enfermo por no querer estar más tiempo a solas. Siempre que no haya angustia, dolor propio o ajeno, creo que cada uno puede hacer de su capa un sayo (gran refrán, muy español).

Al fin y al cabo, esto va de ser felices. Si algo te hace feliz, no te hace sufrir y no perjudica a nadie no puede ser una enfermedad.

Por otra parte, la mayoría de los fetiches, en principio, están relacionados con el cuerpo femenino o es la mujer quien los porta. Esto me temo que tiene su razón en poner a la mujer como objeto sexual por excelencia. Creo que esto puede superarse, porque el abanico es amplio, gracias también a las distintas orientaciones sexuales.  El hombre también puede ser portador de objetos que constituyan un fetiche para las mujeres, o desde luego para otros hombres.

Sin más rollos, aquí está mi humilde recopilación de fetiches. Creo que menciono los principales, no creo que sea una lista cerrada. Si alguien quiere escribirme para comentarme sobre otros fetiches estaré interesadísima y dispuesta a incorporarlo a “mi catálogo” en su caso.

DISFRAZ

TACONES

SUMISIÓN

SPLOSHING

SADISMO

PINTALABIOS

LENCERÍA

CABELLO LARGO

BONDAGE

ANTIFAZ

¿QUÉ ES EL FETICHISMO?

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